11/8/09

La pequeña Lu vació su corazón de todos los sentimientos malos y tristes que tenía. Los guardó en una lágrima que escondió en un bolsillo de su gabardina roja. Caminó hasta el Charco del Olvido. Cuenta la leyenda, que la primera habitante de La Ciudad de las Contradicciones lloró tanto que llegó a formar un pequeño charco. Al llegar, miró todas las lágrimas que ojos cansados y desgastados habían depositado. Cogió la suya y la dejó caer. No quiso mirar cómo se hundía en ese mar de olvido, por lo que se alejó de ahí lo más rápido que le permitieron sus piernas.