-Hola, me llamo Elena y soy adicta al dolor
El grupo respondió con una cálida bienvenida y con miradas comprensivas.
-Soy adicta al dolor que sólo tú eres capaz de provocarme con tus palabras, tus burlas, tus rechazos, tus infidelidades. También, estoy enganchada al sufrimiento físico, pero, en definitiva, tú eres el culpable de ello. Así, que estoy aquí para dejar de ser adicta a ti y al dolor que conllevas. Hoy, aquí, ahora, delante de todas las miradas curadas, pido ayuda. Necesito alejarme de ti como un alcohólico de una botella de Bourbon. Y a todos ustedes también los necesito porque no puedo salir de mi adicción sola. Gracias por escucharme.
1 comentario:
Recuerdo haber leído esa historia hace bastante tiempo... Y creo haberte dicho que era genial, lo mismo que opino ahora. Es una de las historias (o fragmento) más bonito que has escrito...
Sólo espero que Elena pudiera darse cuenta de que su sufrmiento se vería recompensado por oleadas de amor y cariño.
Amote (L)(L)
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