25/9/09

Y hoy, ¿a qué hueles?

Ela era la chica de los mil y un olores. Tenía un aroma para cada sentimiento. Cuando estaba enfadada, olía a limón y otros cítricos –muy ácidos. Cuando se sentía alegre, desprendía una fragancia a rosas y lavanda. Si estaba triste, olía a tierra mojada y lluvia. Su sonrisa era como un arco iris, y si te acercabas a sus labios olían a aire. Su pelo siempre fue del olor de la canela. Pero su color era mandarina. Y cuando se reía mucho y le salían lágrimas, su aroma era de chicle. Y así un sinfín de perfumes. Pero él siempre le dijo que su olor era tan característico que ninguna fragancia podría jamás comparársele y que era demasiado imposible de describir. Y ella siempre se sintió especial por ello.

1 comentario:

Claudia Hale. dijo...

Qué bonito, me encanta :)
Todos somos especiales, pero ella, al tener a alguien como él, lo es un poquito más.
Un besazo!:)