Clama tu amor por mí

Los besos alcanzan mis labios para encontrarse con los tuyos y devorarte en menos de un parpadeo. Tu lengua, anhelante de la mía, la busca por todos los rincones de mi boca: se encuentran, se tocan, se reconocen. Mis manos persiguen los deseos de tu cuerpo. Te encuentran rendido a mis antojos. Tus suspiros estremecen mis oídos mientras tus manos caminan hacia el paraíso más escondido. Recorren todos los secretos de mi piel. Tus caricias excitan mis sentidos. Llegan al carmín lascivo que se encuentra entre mis piernas, que ruega tu presencia. Tus dedos se sumergen en un mar de placer mientras los míos tiemblan en tu miembro. Tus labios se posan juguetones en mi cuello. ¿Quieres jugar? Juguemos. Te tumbo en la cama tras un beso. Ansiosa, recorro tu abdomen con mi aliento hasta llegar a mi edén prohibido. Mi saliva te envuelve mientras tus gemidos rodean mi cuerpo. Tus latidos acelerados e inquietos te obligan a apartarme y a entrar urgente en mí. Me tumbas. Tu boca entre abierta, tus ojos a casi mirar, yo, expectante, suplicante de ti: entras. Te mueves. Me aferro a tus caderas. Clavo mis uñas en tu espalda. Aceleras. Nada importa. Tú y yo. Sólo nosotros. Cierro los ojos. Cierras los ojos. Nos dejamos ir. Ahh… maravillosa y sublime declaración de amor.