22/1/10

Inventamos un lenguaje que sólo nuestros cuerpos saben hablar. Y nos pasamos horas y horas conversando entre las sábanas. Llegamos a crear millones de maneras de decir te amo. Compusimos melodías con caricias, besos y una guitarra. Y llegamos a dar envidia hasta los dioses.

3 comentarios:

Patricia. dijo...

Sin palabras :)

Selina dijo...

idem

qué suerte ^^

Susurros en el silencio dijo...

Qué envidia de la sana me das! jaja Un saludo. =)