Inventamos un lenguaje que sólo nuestros cuerpos saben hablar. Y nos pasamos horas y horas conversando entre las sábanas. Llegamos a crear millones de maneras de decir te amo. Compusimos melodías con caricias, besos y una guitarra. Y llegamos a dar envidia hasta los dioses.
3 comentarios:
Sin palabras :)
idem
qué suerte ^^
Qué envidia de la sana me das! jaja Un saludo. =)
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